George Harrison fue durante mucho tiempo conocido como “el Beatle callado”. Pero esa etiqueta es, en realidad, una simplificación injusta. Harrison no era callado: era contemplativo, espiritual, selectivo con sus palabras y profundamente conectado con un mundo interior que, con los años, encontró su voz más clara en solitario.
Después de la separación de The Beatles en 1970, George emergió no solo como un excelente compositor, sino como un artista libre de las tensiones internas del grupo. Su carrera en solitario mostró un alma espiritual, generosa, crítica del mundo material, y a la vez profundamente humana, con sentido del humor, calidez y una mirada compasiva hacia la vida.
My Sweet Lord
Una oración convertida en canción. Harrison canta sobre el deseo de encontrar a Dios —sea cual sea el nombre que se le dé—. Mezcla "Hallelujah" con "Hare Krishna" en un mismo coro, y lo hace con una devoción sincera, contagiosa. Fue número 1 y es su canción más conocida en solitario.
What Is Life
Una canción vibrante, con uno de los riffs más alegres de su carrera. Es una declaración de amor, pero también una reflexión sobre el misterio de estar vivos. Tiene el equilibrio perfecto entre la luz pop y el alma profunda que lo caracterizaba.
All Things Must Pass
El título lo dice todo. Es el corazón de su álbum más importante, y una muestra de su madurez emocional.
Give Me Love (Give Me Peace on Earth)
Una súplica suave y hermosa por paz interior. Llegó al número 1 en EE.UU. en plena era postBeatles, superando incluso a Paul y John en los rankings. Su guitarra slide aquí es delicada, celestial.
Any Road
Grabada poco antes de su muerte, esta canción es testamento y despedida. Con humor, sabiduría y liviandad, George canta: “If you don’t know where you’re going, any road will take you there”. Una joya final que resume su filosofía: vive con el corazón abierto, sin aferrarte demasiado a nada.
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