Cinco canciones para conocer Alice in Chains

Alice in Chains surgió en Seattle a finales de los 80, y aunque se les suele incluir en el movimiento grunge junto a Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden, su sonido es mucho más cercano al metal alternativo y al doom que al punk o rock clásico.

Su música está marcada por un sentido profundo de dolor, adicción, alienación y desesperación, pero también por una rara belleza melódica. La combinación de las voces de Layne Staley (voz principal) y Jerry Cantrell (guitarra y voz secundaria) es uno de sus sellos más distintivos: armonías sombrías y casi fantasmales.

La banda siguió activa incluso después de la muerte de Staley en 2002, con William DuVall tomando el rol vocal, pero aquí nos centraremos especialmente en su era clásica (1989–1996).


Man in the Box

Su primer gran éxito y aún uno de sus temas más icónicos. Es el himno que puso a Alice in Chains en el mapa.



Rooster

Una de sus canciones más personales y conmovedoras. Tiene un desarrollo lento y poderoso, con un clímax emocional que estremece.



Would?

Reflexiona sobre la culpa, la pérdida y la incomprensión hacia la adicción. Su ritmo sinuoso y su atmósfera oscura la convierten en una de sus piezas más recordadas. Fue incluida en la banda sonora de Singles, película clave del grunge.



Down in a Hole

Un poema sobre el amor, la autodestrucción y la tristeza más íntima. Tal vez una de las canciones más tristes de toda la era grunge.



Nutshell

Breve, simple, devastadora. Una confesión sin filtros sobre la soledad, la fama y la fragilidad. "We chase misprinted lies… we face the path of time" —una línea que captura su esencia.


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