Roy Orbison fue un artista absolutamente único. Ni su imagen, ni su voz, ni su forma de componer seguían los moldes del rock and roll de su época. Y sin embargo, o quizás por eso mismo, su música sigue sonando como algo atemporal, etéreo y profundamente humano. Vestido siempre de negro, con gafas oscuras y una voz capaz de llegar a registros casi imposibles, Orbison transformó el dolor en belleza, la pérdida en arte, y el romanticismo en algo casi mítico.
En una era de rebeldía y egos inflados, Roy era reservado, elegante y melancólico. No necesitaba moverse ni gritar: te destrozaba el alma con una sola nota. Fue llamado "The Big O", pero muchos lo recuerdan como la voz más pura del pop dramático, un ángel caído que cantaba desde el corazón roto del siglo XX.
Nacido en Texas en 1936, se crió entre la música country, el rockabilly y el blues. Comenzó su carrera en los años 50 con Sun Records (como Elvis y Johnny Cash), pero fue en los 60 donde despegó.
Crying
Una balada desgarradora, considerada por muchos como su obra maestra vocal. Aquí, Orbison no canta el llanto: lo hace audible, casi palpable. Su control del crescendo emocional es magistral.
Only the Lonely
Una de las primeras canciones que definieron su estilo: melancolía orquestada, emoción contenida. Con esta canción, Roy encontró su voz única: no gritaba rebelión, susurraba heridas. Es la declaración del alma solitaria que no encaja en la fiesta.
In Dreams
Un pequeño cuento onírico convertido en canción. Inocente y a la vez profundamente triste, fue usada magistralmente por David Lynch en Blue Velvet, devolviéndola al centro de la cultura pop. Un viaje a través de una melodía que parece un sueño... hasta que se convierte en pesadilla.
Oh, Pretty Woman
Su mayor éxito comercial y uno de los riffs más reconocibles del rock. Más rítmica y alegre que sus otras canciones, demuestra que Roy también podía sonar poderoso y sexy sin perder su esencia. La canción fue tan icónica que bautizó a una película 25 años después.
You Got It
Lanzada poco antes de su muerte, esta canción marcó su regreso triunfal. Escrita junto a Jeff Lynne y Tom Petty, recoge su estilo clásico y lo actualiza, mostrando que su voz seguía intacta y su capacidad para conmover era eterna. Fue un éxito póstumo, y un bello epílogo a su carrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido?