Cinco canciones para conocer Journey

Journey es una banda que cruzó el umbral entre el rock progresivo, el AOR (Album-Oriented Rock) y el pop romántico de los años 70 y 80. Nacida de músicos de altísimo nivel técnico, inicialmente fue una banda instrumental con fuertes raíces progresivas. Pero cuando en 1977 entra Steve Perry con su voz celestial, el corazón de Journey comienza a latir de verdad para el gran público.

Lo suyo es sentir a lo grande: el deseo, la nostalgia, el amor perdido o la esperanza inquebrantable, todo llevado al límite con solos memorables, arreglos brillantes y estribillos que uno canta con los ojos cerrados y el puño alzado.

Formados en San Francisco, California en 1973, han logrado vender más de 75 millones de discos y son miembros del Rock & Roll Hall of Fame (2017).


Don’t Stop Believin’

Más que una canción: es un fenómeno cultural. Su estructura inusual (el estribillo llega al final), la letra de lucha y esperanza, y el crescendo la convirtieron en un himno generacional. Redescubierta por series como The Sopranos o Glee, sigue viva en cada persona que no quiere rendirse.


Separate Ways (Worlds Apart)

Una bomba de energía y drama. Con un riff de teclado y guitarra explosivo y una interpretación vocal desgarradora, es el desamor llevado al límite de la épica. El videoclip es kitsch y legendario, pero la canción... pura adrenalina.


Faithfully

Una de las baladas más bellas del rock. Steve Perry canta sobre la vida en la carretera, la fidelidad y el amor a distancia con una emoción tan pura que parece que se está rompiendo por dentro. Ideal para noches solitarias y corazones vulnerables.


Any Way You Want It

Más desenfadada y fiestera, esta canción tiene una energía contagiosa, casi de celebración. Aquí la banda muestra su faceta más rockera, antes de sumergirse de lleno en el AOR. Una favorita en conciertos, con guitarras que chispean.


Wheel in the Sky

Una joya de transición: entre sus raíces progresivas y su nuevo rumbo melódico. Tiene un aire misterioso y un estribillo hipnótico. La metáfora del tiempo que pasa y la búsqueda constante, todo envuelto en guitarras brillantes y emoción contenida.



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