Los Traveling Wilburys no fueron una banda cualquiera, sino un sueño improbable hecho realidad. Surgieron en 1988 casi por accidente, cuando George Harrison necesitaba un lado B para un sencillo y llamó a algunos amigos para ayudarle en el estudio. Esos “amigos” resultaron ser Bob Dylan, Tom Petty, Jeff Lynne y Roy Orbison. El resultado fue tan mágico que decidieron seguir adelante como grupo.
La esencia de los Wilburys estaba en su espontaneidad: no buscaban ser un proyecto solemne, sino divertirse haciendo música juntos, sin egos, compartiendo micrófonos y riffs. Aun así, dejaron canciones que hoy son joyas absolutas, con un sonido que mezcla folk, rock clásico y pop, cargado de buen humor y complicidad.
Representaron la unión de cinco leyendas del rock en un proyecto relajado y colaborativo en dos discos: Traveling Wilburys Vol. 1 (1988), un éxito rotundo, y Traveling Wilburys Vol. 3 (1990), ya sin Orbison, que falleció poco después de grabar con ellos.
Su música se caracterizaba por la igualdad creativa: todos cantaban, componían y aportaban. Aunque de corta duración, siguen siendo recordados como el súpergrupo por excelencia.
Handle with Care
La canción que lo empezó todo. Escrita inicialmente como un descarte, se convirtió en su himno más famoso. Combina las voces de Harrison, Orbison y Petty con un estribillo luminoso, casi un canto de camaradería. Una de esas piezas en las que la química se siente al instante.
End of the Line
Un tema que celebra la vida y la amistad con optimismo. Cada Wilbury canta una línea, como si se pasaran el testigo en un viaje compartido. El videoclip es especialmente conmovedor: tras la muerte de Roy Orbison, su lugar se dejó vacío, solo con una mecedora y su guitarra.
Tweeter and the Monkey Man
Aquí brilla especialmente Bob Dylan, con una narración que parece un mini relato épico sobre contrabandistas y carreteras americanas. Oscura, irónica y llena de personajes, es lo más cercano a un tema “dylaniano” dentro del grupo.
Heading for the Light
Una composición más luminosa de George Harrison, con un aire optimista y espiritual. Refleja su estilo beatle tardío, pero envuelto en la instrumentación juguetona y rica que aportaba Jeff Lynne.
She’s My Baby
Uno de los temas más potentes del segundo disco, con guitarras afiladas y un tono más rockero. Aquí se nota la ausencia de Orbison, pero la banda sigue mostrando frescura y diversión.
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